Cuidar la salud bucodental es básico, porque repercute en nuestro estado de salud general. Los dientes son necesarios para hablar y alimentarse bien. Si prevenimos la aparición de problemas, no tendremos que solucionarlos después.
Consejos fundamentales para una correcta higiene dental
Todas las recomendaciones recibidas, que necesitamos consolidar como hábitos cotidianos saludables, se sostienen sobre los mismos pilares.
Dieta sana
Para estar sanos, en general, necesitamos una alimentación variada, con todos los nutrientes, rica en proteínas, vitaminas y minerales, sobre todo calcio y vitaminas C y D, como frutas, verduras, legumbres, lácteos y huevos.
Evita el exceso de azúcar y dulces, también las bebidas azucaradas y alimentos que se peguen a los dientes.
¿Cómo hay que cepillarse y cuándo?
Los movimientos son cortos, sin apretar y con pequeños círculos sobre los dientes. Procura no frotar las encías porque se irritarán. Tendrás que inclinar el cepillo para llegar a las zonas difíciles. También hay que limpiar la lengua para eliminar las bacterias que producen mal aliento.
Cepíllate, al menos, durante 2 minutos y tras las 3 comidas principales. Aunque lo ideal sería lavarse los dientes cada vez que comemos algo. Si no pudieras mantener el ritmo de limpieza acostumbrado, como mínimo, cepilla tu dentadura antes de ir a dormir.
Las cerdas del cepillo pierden efectividad con el uso, por lo que conviene sustituirlo cada 3 meses.
Hilo dental y colutorios
El hilo dental es el complemento perfecto del cepillado en una buena higiene dental, ya que el cepillo no llega a todas las zonas y, entre los dientes, siempre queda algún resto de comida que podría alimentar a las bacterias que producen las caries. Utilízalo, como mínimo, una vez al día, antes de acostarte.
Asimismo, los enjuagues desinfectan la boca y proporcionan un aporte extra de flúor para disminuir la cantidad de bacterias en la boca. Al menos, deberías utilizarlo una vez al día, antes de ir a dormir.
¿En qué empleamos nuestros dientes?
Parece una respuesta simple pero, en numerosas ocasiones, los utilizamos para romper frutos secos, abrir botellas y morder cosas que no son los alimentos. Eso provoca un mayor desgaste de las piezas dentales y la posibilidad de perder algún que otro diente. Los niños y adolescentes son más propensos, porque les falta control en sus impulsos y no son del todo conscientes del perjuicio posterior.
Visitas al odontólogo
Al menos una vez al año, o dos, deberíamos ir al dentista para realizar una limpieza profunda de la placa bacteriana, repasar las técnicas de cepillado y examinar la dentadura, por si hubiera algún problema.
Ahora que lo sabes, no olvides estos principios fundamentales y cuida tu salud bucodental. Tu cuerpo te lo agradecerá con fortaleza y energía y podrás expresarlo con una espléndida sonrisa.